Abuelita brasileña se niega a cuidar a sus nietos; prefiere viajar por el mundo

En esta ocasión, quienes se quedaron con el síndrome del nido vacío fueron sus hijos.

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Por:
Iraís M..
Foto: Instagram @joviajando
Foto: Instagram @joviajando

Josefa Feitosa es una mujer de más de 60 años que tras su jubilación, en el 2016, decidió viajar por el mundo en vez de dedicarse a una vida hogareña. “Hay mucha vida fuera de esta cajita que llaman hogar. L as abuelas no fueron hechas para cuidar a sus nietos”, reveló la viajera en entrevista con el portal brasileño G1.

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Lo habitual es que los hijos se vayan de la casa y los padres se queden con el síndrome del nido vacío. Conmigo fue todo lo contrario. Pero veo que se ha reinventado: había sido madre toda su vida, pero decidió ser otra cosa”, explicó Lilith Feitosa, hija menor de Jô, quien dejó Fortaleza (Brasil) para conocer más de 40 países.


“Se me están acabando las páginas de mi pasaporte”, sostiene Josefa Feitosa, quien pasó una temporada en Europa y otra dividida entre África y Asia. La ex trabajadora social incluso ha tenido novios temporales, como es el caso del portugués Víctor, con quien recorrió Camboya y Vietnam en moto.

“Después de criar a tres hijos, derramar sangre, sudor y lágrimas por un trabajo estresante y mal pagado, decidí darme placer y alegría”, fue como se presentó Jô a BBC News Brasil en un reportaje sobre mochileros. La mujer, también divorciada, trabajó en el sistema penitenciario de Ceará y vivió amenazas y violencia por luchar en favor de las mujeres transexuales.


Tras decidir cambiar su vida, Josefa Feitosa se deshizo de su casa, muebles y ropa para hacer lo que siempre quiso. Es por esto que en su cuenta de Instagram, donde documenta sus viajes —incluyendo lugares de su natal Brasil— se define como “ciudadana del mundo” que “vive y habita donde está la maleta”.

Por si estabas con el pendiente: también comparte fotos con su familia.

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