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Bárbara de Regil: la delgada línea entre lo sano y lo peligroso

¿Por qué la actriz, y recién autonombrada coach de vida fitness, ahora tiene que convencer a una niña enferma de cáncer de que coma pollo?
Publicado 24 Feb 2020 – 08:38 PM ESTActualizado 24 Abr 2020 – 08:05 PM EDT
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En septiembre de 2019, Bárbara de Regil saltó a los titulares y los memes por criticar a quienes beben y comen tacos fritos. La actriz, quien desde entonces se dedicaba a dar consejos de ejercicios y alimentación, dijo en una de sus stories de Instagram:


“Se va de borracha y se toma 25 vodkas y luego al día siguiente se traga unos tacos fritos... Te estás destruyendo amiga”

Sus comentarios trascendieron no sólo porque Bárbara tenía más de 4 millones de seguidores (hoy tiene 5.5 millones) sino porque fueron tomados desde dos posturas radicales: como un consejo para tener buen físico, pero también como una crítica dañina que estigmatiza los cuerpos que no son perfectos.

Después de las críticas y los memes, la actriz compartió un texto en Twitter donde decía que amaba los tacos, pero que había que evitarlos fritos por lo menos una vez a la semana. Y lo más importante, que ella compartía sus "consejos con amor".


Y desde entonces lo sigue haciendo, a través de sus redes sociales, Bárbara comparte tips, rutinas y algunos fragmentos de sus pláticas y clases de ejercicio a grandes públicos.

Hasta ahí nada fuera de lo común con la imagen de la actriz, a quien ya se le puede identificar como una mujer que cuida disciplinadamente su físico. Sin embargo, es en este punto donde no sólo sus comentarios sino todo mensaje alrededor del tema de la nutrición y la salud toma otra dimensión, según el Dr. Emiliano Villavicencio Trejo, académico de la FHyCS de la Universidad La Salle. "Se vuelve problemático porque los consejos de Bárbara no son los de una experta en nutrición o en acondicionamiento físico".

Más allá del consejo.

El efecto Bárbara de Regil no ha tardado en traspasar la barrera de los mensajes positivos de una influencer. La muestra es que hace unos días, la cuenta de @say_mg escribió un tuit dirigido a Bárbara donde decía:


Días después del mensaje, Bárbara compartió en sus redes sociales que su equipo se encargó de buscar a la menor en cuestión, la encontraron y se reunieron. En el video se observa como mientras se abrazan, Bárbara cumple con la misión de decirle que coma todo lo que su mamá le diga.


Nadie duda de la legítima buena acción de la actriz, sin embargo, los desórdenes alimenticios son un problema grave de salud pública en México. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud 2018, en México hay 22 mil casos anuales de trastornos alimenticios, y los que predominan son la anorexia nerviosa, la bulimia y comer compulsivamente. Las víctimas principales son menores de entre 13 y 18 años y en una proporción de un hombre por cada 10 mujeres.

Y los datos empeoran: según la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados en su informe de octubre del 2019, se encontró que en 20 años los desórdenes alimenticios crecieron 300 por ciento; estos trastornos son los que más muertes provocan entre las afectaciones mentales y, 10% de las personas con anorexia y 17% de personas con bulimia han intentado suicidarse.

Los problemas alimenticios no son un juego. El Dr. Emiliano Villavicencio, lo deja claro:


“Hablar de trastornos de la alimentación no es cosa menor porque la gente puede morir por eso”

Villavicencio explica que estos trastornos generalmente se presentan en la pubertad y adolescencia, pues es en esta etapa de desarrollo cuando se es más vulnerable a las influencias sociales. Además de que es cuando se construyen ídolos a quienes se les depositan ciertas decisiones, ideologías y valores. "Y todo lo que el ídolo hace se introyecta y se incorpora a la vida personal sin cuestionarlo".

"Hablar entonces de una joven con un antecedente clínico de problemas de alimentación es un caso de mayor atención, porque no sólo se habla de vulnerabilidad sino de extrema dependencia a lo que ve afuera. Y es ahí cuando debe entrar otro tema importante: la responsabilidad social", dice Villavicencio.

Es ahí cuando los comunicadores, los líderes de opinión o las figuras públicas deben ser conscientes de sus responsabilidades con los mensajes que dan.


¿Y yo por qué?
El tema de la responsabilidad no es nuevo. Villavicencio dice que la socialización de los jóvenes tiene etapas muy específicas. Y justo cuando se es adolescente, se entra a una etapa de desapego del núcleo familiar que es normal y necesaria para que los jóvenes se independicen y se conviertan en autónomos. Y en la medida en que este desapego necesita sustituirse por otro sistema, que si no es suplido por los amigos, que generalmente se busca y encuentra en los medios de comunicación o redes sociales.

Para nadie es nuevo que las generaciones están marcadas por los medios que consumen y que las dinámicas familiares y sociales han cambiado. El especialista lo resume como "nuevos factores de los que aún no hay filtros efectivos y para usarlos de manera no dañina".

Pero regresando al problema de la alimentación, es importante subrayar que sí se puede prevenir un problema de desórdenes alimenticios. Así lo explica la psicóloga especializada en Nutrición y Dietética aplicada Tania Gordillo:

"Los desórdenes alimenticios se pueden prevenir sobre todo a través del discurso. Debemos de quitarle peso a la extrema delgadez y a la apariencia física. Sugiero empezar por cambiar las frases "esto engorda" o "esto enflaca" por un " esto es saludable" o " no es saludable".

Y si ya se está o se conoce a alguien con problemas alimenticios, la Dra. Gordillo, quien además es creadora del Sistema Íntegro (nutrición y emociones) explica que lo más importante es ir con un especialista de la salud mental, un psicólogo o psiquiatra con experiencia en el tema. Eso sin olvidar que los primeros responsables de la alimentación y salud de los menores son los padres o adultos a cargo.

A grandes rasgos, tanto el Dr. Villavicencio como la Dra. Gordillo dan estos consejos para comenzar a enfrentar los trastornos alimenticios:

1. Ser consciente de que los problemas no se resuelven solos. Por ejemplo, pedirle a un paciente que coma, no resuelve un problema de anorexia.

2. Hay que acudir con especialistas de manera rápida y directa. Lo más importante es salvaguardar la vida de la persona en cuestión.

3. Saber que el trastorno no sólo es de quien lo padece, sino que la familia debe involucrarse para mejorar todo el sistema en el que se desarrolla el paciente.

4. No se debe dejar la salud ni las recomendaciones nutricionales a alguien que no sea experto en alimentación. Los vlogueros, influencers o coaches de vida fitness no necesariamente tienen una educación que les permita aconsejar.


"La nutrición es personal y distinta para cada uno de nosotros. La nutrición es una ciencia que requiere de conocimientos de normas dietéticas, de cálculo dietético y no puede estar a cargo de alguien poco informado"

La cultura del bienestar puede tener efectos nocivos. La búsqueda de la salud puede ser, paradójicamente, muy poco saludable cuando se recurre a promesas poco profesionales y documentadas. En términos prácticos, "lo que funciona para mí no funciona para todos".

Las “dietas implacables” pueden comprometer de manera importante la salud de quienes las practican sin el acompañamiento de los expertos. Así que antes de seguir consejos que parecen magia en Internet, quizá valdría la pena preguntarse si ese cambio que tanto se desea es un acto de amor propio o sólo algo que va a comprometernos física, emocional, mental y hasta espiritualmente.


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