“La parte más difícil de crecer en Cuba, la parte que atacó nuestras almas, fue no tener libertad. Nuestra capacidad de soñar y nuestros destinos eran limitados. Sabíamos que no importaba cuánto trabajáramos o estudiáramos o cuán grandes fueran nuestros sueños, siempre tendríamos los mismos resultados”, escribió. Crédito: Instagram @willevy
Tomó la decisión de empezar de cero en otro país, pese a que no estaba preparado en muchos sentidos. “No tenía dinero y no hablaba el idioma, pero eso no importó porque finalmente tuve la libertad de vivir la vida que elijo y en los Estados Unidos, el cielo es el límite”. Crédito: Instagram @willevy