"Llevo 14 años buscando justicia por haber sido torturada por este cómplice de redes de #PornografíaInfantil", escribió el miércoles 3 de febrero de 2021 la periodista y activista Lydia Cacho en su cuenta de Twitter.
Lydia Cacho: ¿quién es, qué hizo y por qué se pide justicia para ella?
El trabajo de la periodista logró que se desmantelara una red pederasta; en 2005 sufrió tortura

Cacho se refería a la detención de Mario Marín en Acapulco, el exgobernador de Puebla que mandó a detenerla y torturarla en diciembre de 2005.
La @FGRMexico me avisó en cuanto detuvieron al ex gobernador #MarioMarin escondido en Acapulco. Llevo 14 años buscando justicia por haber sido torturada por este cómplice de redes de #PornografíaInfantil Vamos por todos. 🙏🏼 pic.twitter.com/LJX0qXZY8v
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) February 4, 2021
El caso de Lydia Cacho como activista y periodista en constante persecución comenzó justo ese mismo 2005, cuando ella empezó a ser reconocida por su libro ‘Los demonios del edén’, en el que denunciaba una red de explotación sexual donde estaban involucrados grandes empresarios con mucho poder y dinero en México y, peor aún, políticos con el mismo alcance de influencias.
La triada del terror que Cacho denunció, se trató de los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, a quienes señaló como responsables de dicha red; más tarde apareció Mario Marín, quien ordenó a agentes de la Fiscalía de Puebla detenerla bajo acusaciones de difamación y calumnia por parte de Kamel Nacif. Lydia fue detenida arbitrariamente en Cancún, Quintana Roo, y llevada a Puebla en lo que ella misma narra como “veinte horas de tortura”.
“Un viaje de mil 500 kilómetros por cinco estados de la República mexicana durante toda la noche y un día completos. Rodeada con cinco judiciales armados que me ponían el arma en la cabeza, proferían amenazas de muerte constantes, control de alimentos; en síntesis, tortura psicológica", reveló Cacho.
Un caso a la vista de todos
En febrero del 2006 se filtró un audio donde se oyó la voz de Marín y la de Nacif celebrando la detención de Cacho. De ahí el famoso dicho que alude a la peor podredumbre política:
“ Mi góber precioso (...) Tú eres el héroe de esta película, papá”, le decía Nacif a Mario Marín, rematando con la promesa de mandarle coñac como premio por la hazaña.
A pesar de las pruebas, para Lydia Cacho el camino a la justicia ha sido largo y tortuoso. En marzo del 2006 ella denunció a Marín y a Nacif ante la Fiscalía para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas, así como en la Fiscalía Especial para Delitos Cometidos Contra Periodistas, pero aunque su caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fue desechado en noviembre de 2007 porque, concluyeron algunos ministros “no existió una violación grave a sus garantías individuales”.
En 2009 Lidya Cacho contrademandó por tortura. 10 años después, un tribunal de Quintana Roo ordenó la detención de Kamel Nacif, Mario Marín y Hugo Adolfo Karam, este último, exdirector de la entonces Policía Judicial de Puebla, por la tortura a la periodista.
La detención de Mario Marín, quien estaba escondido en Acapulco, Guerrero, foco rojo de pornografía infantil en el país, significa entonces, una esperanza para la justicia para la periodista, quien declaró también en Twitter: “Se vuelven a reunir los cómplices, pero ahora en condiciones muy diferentes. Ya no hay fiesta ni lujo, tampoco niñas víctimas en manos de los pederastas. No hay brindis ni celebración. El periodismo es el camino hacia la justicia”.
Los demás involucrados
Mientras, Succar Kuri, sigue en el Centro Federal de Readaptación Social Número Uno, el Altiplano, desde mayo de 2011, cuando un tribunal lo sentenció a 112 años de prisión por pornografía infantil y corrupción de menores. Por su parte, Karam y Nacif están prófugos, aunque de este último, la FGR dijo en 2020 que lo tenía ubicado en Líbano.
Desde la publicación de su libro, Lydia Cacho ha tenido que vivir escondida y refugiada en otros países bajo amenazas de muerte. Incluso en julio de 2019 sufrió un allanamiento en su casa en México, donde le quitaron la vida a sus perras y le robaron material periodístico.
Y aunque parezca increíble, la periodista ha dejado en claro que aunque la detención de Mario Marín significa un paso a la justicia, eso mismo la aleja de México. “El costo de decir la verdad en México es elevadísimo (...) Los expertos de la Interpol, me dicen que me aleje de volver a México, es decir, están más enojados conmigo, porque esto no lo había logrado una persona, nunca, y lo logramos. Esto tiene un costo, lo asumo, estoy consciente y es sentar precedentes jurídicos en México, que ellos recuerden que no pueden seguir cometiendo los delitos como hace 20 años”.
Al margen de la historia
A principios de febrero, la voz de Edith Encalada, cantante yucateca, se volvió a levantar, como hace dos años, para denunciar que se ha sentido víctima por la historia que ha contado Lydia Cacho.
“Yalitza Aparicio y Kate del Castillo han decidido participar en dos diversos proyectos, una en una serie, según lo han anunciado, y Kate ha anunciado una película. Ambos proyectos tratan de un caso que para mí ha sido muy triste y que no quería recordar, y quisiera dejar atrás, pero por más que lo he intentado ha sido muy difícil, porque este episodio de mi vida privada ha sido llevado a diversos libros, que han sido escritos por Lydia Cacho”, declaró en un mensaje en sus redes sociales.
La publicación de las declaraciones de encalada se dio poco antes del anuncio de la detención de Mario Marín. Hasta el momento, Lydia no ha respondido a Encalada.