¿Niños racistas? El video que siempre indigna pero no llega al fondo del problema

México es un país profundamente racista, pero la niñez poco entiende lo que eso significa

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Por:
Karina Espinoza.

A finales de 2011 la agencia de comunicación 11.11 Cambio Social hizo una campaña llamada “ Racismo en México” para el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. De esa campaña se viralizó un video sobre niños y cultura racista donde se ve a niños y niñas eligiendo entre un muñeco negro y otro blanco y argumentando por qué.

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El experimento no fue nuevo, sino la réplica de las llamadas “pruebas de las muñecas”, una serie de ensayos psicológicos creados por Kenneth y Mammie Clark entre los años 30 y 40, en Estados Unidos, con el fin de estudiar los efectos psicológicos de la segregación de los niños afroamericanos. De esta serie de experimentos, los Clark concluyeron que: " los prejuicios, la discriminación y la segregación crearon sentimientos de inferioridad entre los niños afroamericanos y dañaron su autoestima”.

Kenneth y Mammie Clark, década 1930, Estados Unidos.
Kenneth y Mammie Clark, década 1930, Estados Unidos.


Pero la versión mexicana de esas pruebas llegaron para quedarse a modo de "video viral" y cada vez que surge un tema relacionado a lo racistas que son los mexicanos, el material vuelve a ser usado como una “prueba” contundente de lo normalizado del racismo en México. Tal es el caso que en los últimos días volvió a salir a propósito de la indignación por la muerte de George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos, y después porque se dijo que en México no existe el racismo.

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Si bien este video prueba su punto respecto a que los niños y niñas que ahí aparecen prefieren al muñeco blanco por sobre el negro "porque es bueno y blanquito", vale la pena decir que la grabación no muestra más que la preferencia de juguetes. Y es que la crítica a la metodología del video es fácil de entender por mostrar fallas de sentido común, como que un tema tan complejo como la discriminación racial no puede leerse exclusivamente desde la teoría del valor psicológico de los colores, o que la elección de muñecas llega a ser tramposa por el uso de estos y no otros juguetes.


Pero Luciana Salazar Plata, Mtra. en Literatura Comparada por la Sorbonne Nouvelle Paris, parte del Comité Ejecutivo de la Asociación Mexicana en Estudios del Caribe, y experta en negritud y perspectivas críticas, lo explica mejor:

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“La identificación con la negritud en México es poco común. Hay un tema de no reconocerse en esos muñecos completamente normalizado porque incluso no saben si decirle negro, prieto o moreno. Y sus reacciones son producto de lo que niños y niñas escuchan en sus casas".

Y ahonda: “Los niños aprenden de racismo en casa con cosas que parecen no ser importantes pero sí lo son, como las muñecas con las que juegan que van desde las Barbies hasta las princesas Disney, donde no hay diversidad racial, o en cosas que aprenden en la escuela como que el color piel de los colores para iluminar es claro y no hay otras opciones; aún cuando ese color pálido o claro no tiene nada que ver con el color de nuestra piel en general en América Latina”.

Salazar Plata apunta que no sólo se trata de un tema de educación, sino de un sistema más complejo, en el que el capitalismo hace muy bien su trabajo cuando absorbe las identidades diversas y las convierte en un producto más del mercado. “No es gratuito que ya existan muñecas con distintos tonos de piel o colores que pretenden dar representación a personas diversas; la inclusión es importante y necesaria, pero tampoco puede dejar de verse como lo que es: la venta de un producto”.


¿Cómo hacemos para romper esa cadena de prejuicios?
“Es inevitable no caer en ciertos aparatos culturales como Disney, por ejemplo. No puedes abstraerte de la realidad, pero es importante incluir otros productos culturales más diversos para romper con lo que me parece más impactante del video: la negación. Pues hay una parte donde al pedirle a niños y niñas que se identifiquen, les causa conflicto entender y verbalizar sus propias condiciones y dicen: ‘sí soy blanca pero tengo partes más morenitas’”.

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¿En México hay una negación a aceptar que somos racistas?
"Sí. Ahí está el argumento del racismo inverso, que no existe. No debemos perder de vista que el poder político, social, económico y de pertenencia, siempre ha sido ejercido por los blancos. Y que los prejuicios son prejuicios pero no es lo mismo el rencor del que está en desventaja que el odio que ejercen los favorecidos con violencias sistemáticas que han sido normalizadas por cientos de años. El poder se ejerce siempre de un solo lado".

Y habría que decir también que "el privilegio blanco no se refiere exclusivamente al color de piel, sino a condiciones sociales, educativas y económicas más complejas. Un ejemplo muy claro es Barack Obama, él es negro pero ejerce privilegios blancos y como político es una figura que convino jugar cierto juego de la estructura en términos de representación. Es decir, su herencia racial fue importante como símbolo de transformación y superación de prejuicios, pero esa misma herencia negra dejó de pesar en escenarios de cambio reales, de decisiones y se limitó a participar siempre dentro de la norma blanca, educada y adinerada".