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Consuelo Duval admite que ya entiende el fracaso de sus 3 matrimonios

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La conductora confiesa que su viaje en Argentina le abrió nuevas perspectivas.

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A su regreso a Netas Divinas, y luego de cuatro meses trabajando y viviendo en Argentina, Consuelo Duval finalmente está de vuelta en el gran sillón del talk show femenino de UNICABLE. Iniciando la conversación, debatiendo el tema de "Las relaciones tóxicas y el amor", Consuelo sorprendió a su compañeras, Galilea Montijo, Daniela Magun, Natalia Téllez y Paola Rojas, que finalmente aquel tiempo de soledad y reflexión en el país sudamericano le hizo ayudó a sanar temas del corazón.

Duval admitió que en su soledad entendió que su mayor problema, luego de tres divorcios, es aceptar que ella se convierte en alguien diferente cuando está en una relación: "Cuando yo hablaba de mis ex's, que me refería a ellos como cabrones, culeros, bla, bla, bla, lo que descubrí en Argentina es que no los odio a ellos, que me odio a mí estando con ellos".

La comediante admitió que jamás se sintió digna de "un amor bonito", por lo que solo "sabía nadar en aguas turbias", aceptando amores carentes de apoyo o respeto: "Y no, no los odio, fueron grandes maestros, benditos sean, donde estén, y esa relación tóxica que seguía atormentándome (en mi cabeza) y empieza a decirme: 'Por pendeja, por eso te pasa porque eres una pendeja', (...) yo pensaba que una vieja que se divorcia tres veces algo debe tener mal".

La intérprete mencionó además que luego de pasar por tres matrimonios, era imposible identificar esos comportamientos nocivos dentro de la relación, ya que no lograba ver algo más allá que el amor tóxico, por lo que continuó repitiendo sus mismos errores: "Era una toxicidad que yo provocaba porque era lo único que sabía manejar".

Finalmente, Consuelo reveló que lo más difícil de entender en toda la situación fue reparar en que el problema era su autoestima pues en ningún momento creía merecer una relación sana y feliz: ""El amor bonito no lo entendía, porque (pensaba) que después me iban a hacer una chingadera, y si después había amor bonito yo lo compensaba o pagaba, porque me sentía inmerecedora".