Aunque la reina Isabel II se aseguró de que los bienes de la realeza no fueran datos conocidos, e incluso se afirma que en 1973 sus abogados presionaron a los ministros del Ejecutivo conservador de Edward Heath para cambiar un proyecto de ley sobre transparencia de lo que poseía la familia Windsor, el Sunday Times especula que la familia real de Gran Bretaña podría tener cerca de 400 millones de euros, mientras que The Guardian es más conservador y cuenta sólo 211 millones.
Isabel II: ¿Quién heredará las joyas de la reina?
Se estima que, además de las que se lleva a la tumba, dejó cerca de 300 artículos.

Pero más allá de la jugosa fortuna y las propiedades, lo que más ha causado curiosidad son las pertenencias personales de ‘Lilibet’, de quien se sabe dejó cerca de 300 joyas que se dividen en 98 broches, 46 collares, 34 pares de aros, 15 anillos, 14 relojes y cinco colgantes.
Aunque la reina mostró austeridad durante todo su reinado y muchas veces se limitó a portar sólo su anillo de matrimonio de oro galés y unos aretes de perla, se espera que sea enterrada con algunas de sus piezas de joyería favoritas, nada extravagante.
Sobre lo que queda, según la jefa de comunicaciones del Natural Diamond Council, Lisa Levinson, está estipulado que Kate Middleton, la nueva princesa de Gales, y su hija, la princesa Charlotte, reciban una buena parte de las joyas. Eso sí, en lo que respecta a las alhajas de la realeza británica, estas pasarán a manos del rey Carlos III, como marca la tradición, por lo que no será raro ver a Camila con alguna pieza de gran valor monetario e histórico.
Lo más curioso es que el anillo de compromiso que le dio el rey Felipe a Elizabeth por su compromiso, y que se hizo con un diamante de la tiara de la Princesa Alicia de Battenberg, madre de Felipe, se estipula que lo heredará la Princesa Ana, única hija mujer de la reina. Dicha pieza está valorada en 230 mil euros, pero en términos históricos es prácticamente invaluable.