Detrás de Patria Jiménez, la primera diputada abiertamente lesbiana en México

Llegar a la Cámara de Diputados hace más de veinte años, fue un reto y un logro que ella abrazó y utilizó en favor de las minorías.

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Por:
Andrea Camarena.

A finales de los 90s, cuando Patria se convirtió en diputada federal, la primera abiertamernte lesbiana, hablar de la comunidad LGBTIQ+ aún era socialmente impugnado. Las notas que se escribían sobre ellos eran meramente amarillistas y abordaban a sus miembros como personas revoltosas; siempre involucradas en escándalos. Esto no era fortuito. La prensa amarillista sabía que nadie quería aparecer protagonizando sus notas porque vincularte o develar que pertenecías a la comunidad, podía significar que perdieras tu trabajo o que te echaran de tu casa. “Salir del clóset y peor aún, hacerlo pública e involuntariamente, era algo que nadie recomendaba por las consecuencias que había que enfrentar” cuenta la exdiputada Patria Jiménez en entrevista para Unicable.

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Potosina de nacimiento, a Patria nunca le habían dicho que enamorarse de otras mujeres era una posibilidad, sin embargo, desde muy joven supo que a ella le ocurría. Una vez hablado con su familia, Patria emprendió un camino de liberación y autenticidad en el que pronto toparía con pared, pues comenzó a notar que ser mujer y ser lesbiana, por alguna (injusta) razón, limitaba su existencia.

Luego de una amarga experiencia de discriminación y acoso en una empresa automotriz en la que trabajaba, Patria supo que si quería ser verdaderamente libre, debía hacerse de esa libertad, por lo que decidió renunciar y convertirse en artesana de Coyoacán para que, de la mano de esta independencia, pudiera incursionarse activamente en los espacios en los que ella sabía que debía y quería estar: los movimientos feministas y LGBTIQ+.

“Yo solo buscaba vehículos que me permitieran lograr mi sueño de que las personas de la comunidad LGBTIQ+ pudiéramos vivir de día, porque en aquel entonces solo nos dejaban encontrarnos de noche y en lugares de consumo de alcohol; era algo muy clandestino” recuerda la política y activista. Jiménez detectó un urgente llamado de acción para cambiar la realidad que la aquejaba, y a todos quienes vivían bajo esa discriminación. Así, en 1979, Patria caminó en lo que se reconoce como la primera marcha del Orgullo en México, siendo esta sólo una de las múltiples marchas en donde caminaría y por supuesto, dejaría huella.

Un año después, se le presentó la oportunidad de involucrarse en la vida política siendo candidata suplente de un partido de izquierda, algo que a Patria le pareció una buena ocasión para llevar las luchas feministas y LGBTIQ+ que abanderaba, al plano nacional. “Llevábamos algunos años ya manifestándonos públicamente por nuestros derechos, por nuestra visibilidad, con consignas como ‘Si no hay libertad política no hay libertad sexual’ así que la política me pareció perfecta para hacer que esto sonara aún más” expuso. Y así fue. Al poco tiempo, su campaña y las de otras y otros compañeros del movimiento, resonaron en medios y se ganaron espacios en radio y TV.

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“Siempre estuvimos en esa vida política, social, de movimientos, protesta, de propuestas y derechos; sacándolo a la sociedad”.

Esa primera candidatura como suplente, se perdió, al igual que otras dos en las que participó, pero eso no la detuvo. De hecho, los movimientos que representaba, seguían creciendo. “Éramos muy visibles (...) estábamos involucradas en todo, hasta en un frente de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Todo lo que era el ojo del huracán, ahí estábamos. Nuestra lucha era por la representación, así que llevábamos condones, banderas y todo para que vieran que ahí estábamos, presentes” recuerda la potosina. Esto le ganó aún más presencia en medios y en la lucha social, lo que hizo que un afamado partido político pusiera sus ojos en ella y la eligiera como candidata.

No obstante, aunque eso supuso una serie de cuestionamientos internos sobre las implicaciones que para el partido tendría impulsar la candidatura de una mujer abiertamente lesbiana, Patria logró convirtirse en su candidata. “Al último momento lo aceptaron, me aceptaron, y me asignaron un espacio seguro en la plurinominal. Nosotras, las mujeres del movimiento, nos llenamos de gusto e hicimos campaña divulgando que había la posibilidad de llevar nuestros temas a las mesas grandes”.

El resto es historia. En 1997 Patria obtuvo los votos requeridos para sentarse en la Cámara de Diputados como la primera diputada abiertamente lesbiana del país, y, por fin, ser voz de quienes nadie se atrevía a serlo. En el camino, tuvo que enfrentar algunos actos de discriminación como que nadie se quisiera tomar una fotografía a su lado o aparecer muy cerca de ella, pues según afirmó entre risas, “yo era tan pública que probablemente a quien vieran a lado de mí le iban a colgar el San Benito”. Sin embargo, Patria siguió adelante con la convicción de que el poder que ahora recaía en sus manos, era una oportunidad y sobre todo, una gran responsabilidad.

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De acuerdo con Patria, el tema de la homosexualidad siempre ha sido un tema delicado para muchas personas, por lo que recuerda que durante su gestión, algunos diputados solían felicitarla por ‘ser valiente’. “La mayoría decía que mi posición en esa Legislatura era de valentía, pero yo solo me encontraba haciendo mi trabajo”. Para la activista, llegar a la Cámara era una cuestión de igualar oportunidades, de poder hablar cara a cara con quienes antes decían representarla, y cumplir con el compromiso de ser diputada en favor de un sector específico de la población.

Desde el reconocimiento de identidades trans y familias homoparentales, hasta el matrimonio igualitario y modificaciones al código penal, estos logros fueron para Patria, la materialización de su propósito y lucha. No obstante, luego de muchos años en la escena pública, Patria decidió hacerse a un lado para abrir camino a nuevas generaciones, hasta que se dio cuenta que uno no puede abandonar el lugar a donde pertenece. “El sentido para mí, es todo aquello que es una causa justa. Todo lo que llega a hacerse realidad a través de la voluntad y entrega de muchas personas”.

Hoy Patria celebra que las mujeres feministas hayan perdido algo que ella dice, su generación debió haber perdido mucho antes: la paciencia. “Qué bueno que no la tienen y que ya no se conforman con mesas de diálogo que no llevan a nada”.

Como lesbiana, Patria explica que el panorama en México es como un volcán que está activo y en erupción, por lo que invita a utilizar esa lava para reestructurarnos, rediseñarnos, reconstruirnos y transformanos como sociedad. “Hay que actuar y hermanar todos los movimientos. Necesitamos libertad, y somos más los que queremos ver a este país grande, incluyente. Ya resistimos mucho, es momento de la empatía”.