¿Qué hizo Kim Kardashian para ponerse un vestido de Marilyn Monroe?
Es difícil olvidar el famoso vestido que Marilyn Monroe usó cuando le cantó el memorable Happy Birthday Mr. President a John F. Kennedy en 1962. Y ahora la prenda será aún más inolvidable pues Kim Kardashian se encargó de llevarla a la mente de todos durante la más reciente edición de la Met Gala.
Como puede intuirse, el vestido por sí mismo mantiene un gran halo de misterio, por lo que ahora forma parte de la colección del Museo Ripley, quien ganó el derecho a adquirirlo a través de una subasta, y que ahora lo prestó a la socialité para que Kim pudiera hacer gran acto de presencia a la alfombra roja del evento después de dos años de condiciones atípicas para esta fiesta de caridad.
Aún no se sabe cómo es que Kim logró que el vestido le fuera prestado, pues a pesar de ser millonaria, tener muchos seguidores en redes y ser una gran aficionada a las subastas y tener piezas de JFK no hay nada seguro, pero lo que sí se sabe es que la también modelo tuvo que cumplir con una larga lista de requerimientos para poder usar la histórica prenda.
Y si desde que Marilyn usó el vestido lleno de cristales, se dice que éste tuvo que ser cosido directamente sobre su cuerpo y no podía usar ropa interior debajo, ahora el misterio se hizo exponencial al contar con que la influencer tuvo que bajar más de siete kilos en tres semanas para entrar en él.
“ Tuve la idea de llevar este vestido, pero cuando me lo probé no me quedaba. Así que les dije: ‘Necesito tres semanas y me servirá’. Y perdí siete kilos”, declaró ante los micrófonos del evento.
Pero eso no es todo, el vestido original sólo fue usado por Kardashian durante las fotos en la alfombra roja, después tuvo que reemplazarlo por una réplica, pues cualquier daño mínimo implica una catástrofe.
Además, a Kim se le prohibió usar cualquier tipo de maquillaje corporal o crema que pudiera dañar o contaminar la tela, por lo que no sólo no usó sus tan socorridos bronceadores o iluminadores corporales, sino que también se le vio con poco maquillaje.
Finalmente, también se sabe que Kim tuvo que improvisar un vestidor cercano a la gala para poder cambiarse sin contratiempos y no cambiar absolutamente nada del que hasta ahora es el vestido más caro vendido en una subasta.