Desde grandes científicos hasta afamados esotéricos han indagado sobre la esencia de la energía en los seres humanos. Muchas preguntas giran alrededor de lo que experimentan nuestros cuerpos más allá de lo físico y cómo nos influimos los unos a los otros incluso sin estar cerca.
¿Qué son los lazos energéticos de los que todo el mundo habla?
Ahora entenderás por qué algunas personas tienen una influencia especial sobre ti.

Y no se trata de teorías alocadas, la energía es palpable y se puede entender con cosas básicas como una mala gestión de nuestras sensaciones ante estímulos externos, sobre todo cuando se trata de otras personas. No es casualidad que algunos seres humanos nos sean más atractivos que otros aunque no nos gusten por razones físicas.
Es en este sentido que en los últimos años ha resurgido el tema de los cordones energéticos, esos lazos que nos conectan con otras personas, momentos o cosas e influyen de manera negativa o positiva en nuestra energía presente.
Aunque parezca que hemos regresado a las bases del llamado New Age del los 70, que se coronó en su etapa más holística a finales de los 90, y que hablaba de una energía “divinidad” que impregna todo el universo, hoy se piensa más en cosas prácticas como responder a: ¿por qué me importa tanto lo que esa persona piensa de mí? o ¿por qué no dejo de pensar en esto?
Y las dudas no se limitan a la pareja romántica, según los que saben, el plano energético extiende sus cordones con familia y amigos. Sin embargo, las parejas suelen formar lazos energéticos más fuertes y durables.
Ya que influyen en nuestras conductas o sentires, se dice que los lazos energéticos nos conectan chakra con chakra, esos puntos de energía corporal que se encargan de nuestro equilibrio mental y corporal. Puede existir una conexión que nos involucra el pensamiento y el sentir aún estando lejos. Algunos los experimentan como “presentimientos” o “intuición”.
Son sanos cuando se utilizan para reparar, para alegrar o generar bloqueos de emociones destructivas; malos si a través de ellos se generan apegos que implican ansiedad, culpa o posesión.
Tener lazos energéticos implica reconocer que hay más allá de un plano físico, es abrir los sentidos a lo que presenciamos y sentimos. Y no se necesita creer en los signos zodiacales o asumirse un ser espiritual, tiene que ver más con aceptar que los demás nos influyen.
Relacionarnos con otros seres humanos implica compartir energía física, emocional y espiritual. Crear vínculos requiere de disposición y respeto, de voluntad sana.
¿Qué quiero experimentar y cómo quiero hacerlo?, ¿son estas sensaciones buenas para mí y los que me rodean?, ¿soy sensible a los demás y cómo me afecta? ¿Es esto el equilibrio que buscaba? Son preguntas que ayudan mucho a distinguir los lazos energéticos que establecemos con quienes amamos.