Eugenio Derbez recuerda que en su llegada a Hollywood pensaron que era vagabundo y drogadicto
Muchos latinos conocieron el trabajo de Eugenio Derbez en 2013, cuando presentó su proyecto más exitoso: ‘ No se aceptan devoluciones’. La película en cuestión fue un éxito no sólo en México y latinoamérica, sino en Estados Unidos, país al que Eugenio llegó 10 años antes y no la pasó tan bien.
¿Pero por qué le sufrió el actor si ya tenía una carrera de comedia sólida en México? El actor explicó en ' Tu-night', programa de Omar Chaparro, que al principio, cuando decidió migrar a Estados Unidos nada salió como él esperó y muchas cosas salieron mal. Entre ellas su estreno como actor con un monólogo.
“Salí esa primera noche muriéndome de miedo; salgo a hacer mi primer monólogo en mi vida, llego sin desayunar ni comer nada, me presento en la noche en el evento este, la gastritis a todo lo que da”, recordó.
Este paso actoral lo dio gracias a un consejo de Fernando Carrillo, quien presentaba Latinolox y le sugirió animarse a hacer lo mismo con una puesta en inglés.
“Salgo, hago mi monólogo, yo creo que lo hice más o menos porque la gente no se rió, no sabía ni lo que estaba diciendo”, contó Eugenio a la vez que recordó todo el estrés que eso implicó y que más tarde lo llevaría al hospital.
“Al día siguiente (de la presentación del monólogo) me levanto y estaba en un hotel de paso… me levanto y traía una hemorragia de la gastritis de la que no me había dado cuenta. Me empezó a doler el estómago y dije traigo algo muy raro, me sentía yo muy débil”, dijo. Y siguió: “ Llegó el 911, me desmayo y nada más me acuerdo que abrí los ojos, estaba la puerta abierta, la gente adentro de mi cuarto y la gente del pasillo todos asomados. Me suben a una camilla y me llevan”.
Lo peor aún no había llegado, según el actor, pues entre risas medio amargas recordó que como no se había bañado, cuando lo subieron a la ambulancia alcanzó a escuchar que los paramédicos dijeron que probablemente tendría drogas.
“Yo no tomo, no fumo, soy el más sano y decía ' estos weyes creen que soy un homeless'", dijo Eugenio que pensó antes de llegar a la clínica donde se desmayó cuando le sacaron sangre.
La mala suerte siguió pues, después del desmayo y de que casi le aplican electrochoques por un posible infarto, el actor regresó a su hotel de paso con una deuda hospitalaria de 30 mil dólares.