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Sexualidad femenina

¿Qué es la anorgasmia, qué si no tienes orgasmos y cómo solucionarlo?

Nadie se salva, pues hombres y mujeres pueden ser víctimas de alguno de los cinco tipos de imposibilidad para llegar al clímax sexual
Publicado 23 Abr 2021 – 04:34 PM EDTActualizado 23 Abr 2021 – 04:34 PM EDT
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Alcanzar el orgasmo es lo más importante de una relación sexual. Es lo que nos ha hecho creer por años la mala educación sexual que adquirimos en la calle, con los amigos mal informados, con las películas pornográficas y con los test de revistas que insisten hasta el cansancio en que lo que importa es terminar a toda costa.

Así, independientemente del sexo, del género y la orientación sexual, la preocupación por llegar al clímax es constante, sin embargo existen distintas opiniones de terapeutas y sexólogas que se preguntan si ¿realmente es un problema no terminar todas las veces? o sólo es una autoimposición que aprendemos a interiorizar por vivir en una era hipersexualizada.

Como se intuye, el orgasmo en general es una experiencia que se cree común pero no hay un consenso de su experiencia pues cada persona lo vive de manera diferente. Así que en general sólo se puede describir como una sensación máxima de placer intenso que produce un estado mental alterado mientras el cuerpo tiene reacciones musculares involuntarias, a lo que le sigue una sensación de bienestar general.

Y es en este sentido en el que cabe aclarar que, aunque siempre se ha relacionado a la eyaculación, tanto masculina como femenina, con la sensación del orgasmo, en realidad no son la misma cosa y no necesariamente van juntas.

La pregunta de si es necesario llegar queda en el aire, pues cada persona decide cómo vivir su sexualidad y cultiva su placer.

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Pero entrando en materia. La anorgasmia se define médicamente como la imposibilidad de tener un orgasmo de manera recurrente, aún tras un proceso de excitación. Y esta se divide en cuatro tipos:

Anorgasmia primaria: se refiere a quien nunca ha tenido un orgasmo, ni a través de relaciones sexuales, ni por masturbación, independientemente de que haya podido eyacular normalmente o no.
Anorgasmia secundaria: se refiere a la que se padece tras una época de haber tenido orgasmos con normalidad, es decir, se deja de experimentarlos de forma sistemática.
Anorgasmia absoluta: se trata de cuando no se es capaz de alcanzar el orgasmo mediante ningún procedimiento.
Anorgasmia situacional: cuando se puede alcanzar el orgasmo sólo en determinadas circunstancias específicas.

En términos fisiológicos, la anorgasmia se relaciona con enfermedades endocrinológicas, neurológicas, crónicas que empleen fármacos que eviten la producción de ciertas hormonas o algún tipo de traumatismo. Y como es de esperarse, se relaciona más con las mujeres, pero no necesariamente por términos médicos, sino más culturales. Y es en este sentido que la anorgasmia de causas meramente orgánicas puede usarse como un método de violencia sexual contra las mujeres.

Es decir, hay circunstancias como que: tener prácticas sexuales no satisfactorias o torpes, pueden crear un ambiente donde se asuma que quien está imposibilitada al disfrute es la mujer, y no su pareja sexual que no la estimula adecuadamente. Incluso esto puede traer a la conversación la palabra frigidez, término que más bien se refiere a la falta de deseo sexual y que ha sido tema de debate por su uso despectivo y su carga cultural misógina.

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Bajo este entendido, los estudios psicológicos sobre la anorgasmia consideran que además de las orgánicas, hay otras causas comunes como las condiciones culturales negativas, experiencias sexuales traumáticas, falta de educación sexual, depresión y culpa.

Desde los primeros estudios del sexólogo Alfred Kinsey, en la década de 1950, sobre el comportamiento sexual femenino hasta los estudios prospectivos de distintos departamentos de salud publicados en 2019, se ha concluido que cerca del 95% de las anorgasmias son tratables con terapia psicosexual y con fármacos y casi todas tienen pronósticos positivos.

Antes de apresurarse a un diagnóstico, José Espitia-De la Hoz, en su investigación Dispositivo EROS en el manejo de la anorgasmia femenina, recomienda revisar algunos factores inmediatos como el consumo de fármacos, factores psicológicos, ambientales, culturales, creencias religiosas, trastornos psicológicos, cirugías ginecológicas o urológicas y otras alteraciones fisiológicas. Además, advierte que las disfunciones sexuales forman parte de la vida común y del aprendizaje que experimentan hombres y mujeres en diferentes etapas de su desarrollo.


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